martes, 24 de febrero de 2009

¿Necesito ser perfecto para ser amado?

En un reciente viaje por avión, tuve como compañera de asiento a una psicóloga. No podía creer mi suerte, pues siempre me gusta aprender de otras personas y más si es alguien que tiene experiencia real en terapias.

Ella trabajaba de forma independiente, dirigiendo grupos que variaban desde depresión, hasta personas que buscaban un sentido a su vida. Los ojos me brillaron. La experiencia real es oro. Admito que hubiera pagado 2,000 dólares por el conocimiento que adquirí solo platicando con ella, pero agradezco profundamente que haya sido generosa conmigo.

Una de tantas cosas que me compartió me hizo reflexionar: "La mayoría de las personas están enfermas y cuando se unen en pareja, es porque complementan sus enfermedades. Siempre hay un roto para un descocido, por ejemplo, la madre que está buscando a su hijo. El hijo que busca a su madre. En mis consultas, ha sido muy raro encontrar una pareja sana emocionalmente. Son dos enfermos que se complementan."

Es cierto. Las heridas que nuestros padres nos crean desde la niñez, nuestras experiencias de vida, nos llenan de bloqueos e ideas acerca del amor.

Por ejemplo, el fanático del sexo que encuentra su pareja perfecta en alguien tan fanático como él o ella. En realidad, este fanatismo proviene de carencia de amor por parte de los padres o mucho maltrato en la niñez, y buscan recibir amor a través de la expresión sexual.

Son dos enfermos que se devoran mutuamente y sacian así su necesidad de amor ¿para qué curarlos? Así son felices.

La mujer sobreprotegida en su niñez, que le enseñan que el mundo es peligroso y siente la necesidad de tener una pareja, cuya sola compañía es suficiente para sentirse protegida, segura y amada.

Una mujer así, puede durar toda una vida con un hombre infiel, que no la aprecia y la maltrata, solo porque su compañía le brinda seguridad. Ambos, están enfermos. Pero se complementan y así son felices.

Ser perfecto en el amor, significa dejar ser a tu pareja ella misma en sus propios términos, amarla y ser feliz a su lado, pero no aferrarte y depender de ella. Pero asusta a alguien que no está preparado.

Hace algunos años tuve una pareja que decía amarme con devoción casi religiosa. Se aferraba a mí, pero ella veía que no me aferraba a ella y lo tomaba como signo de que no sentía lo mismo "Tú solo me quieres, pero yo te amo. Quiero que te aferres a mí, como yo a ti".

Le respondí que no era mi naturaleza, que estaba enamorado, pero que yo no me aferraba a nada. Su respuesta: "Si tú no te aferras a mí, entonces yo no me aferraré a ti".

Decidió terminar conmigo.

El amor es un rompecabezas, en el que nosotros somos piezas no perfectas. Solo necesitamos encontrar a la pieza con la que cuadremos de forma perfecta. No te esfuerces en ser perfecto. Serías una pieza rectangular ideal, pero que difícilmente embonaría con otra pieza. Porque la mayoría de piezas que encontrarás, tienen formas irregulares.

Solo se tu mismo, para que cuando encuentres a tu pieza, no la dejes ir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario